La salud está ligada al movimiento, en 2020 vimos limitada nuestra movilidad como sociedad para protegernos de la pandemia por Covid-19, y después de los primeros meses vimos el efecto que el confinamiento tenía para la salud emocional. La niñez y adolescencia fue uno de los sectores que más padecieron el efecto colateral de la pandemia: los parques, los espacios recreativos cerraron, las escuelas también y con ello las relaciones de convivencia se interrumpieron, durante los primeros meses de confinamiento, para muchas niñas, niños, adolescentes y mujeres el hogar se convirtió en un lugar de riesgo.

La brecha de desigualdad en nuestro país afectó más a la infancia que vive en sectores con mayor vulnerabilidad ocasionando un aumento en el descenso escolar (aumentado en el caso de las niñas que se vuelven cuidadoras), desempleo en las familias, embarazo adolescente, riesgo de migración, desaparición forzada, feminicidios, trata y explotación laboral. El estrés que aqueja a la niñez y adolescencia quedó al descubierto en los reportes por intentos de suicidio y denuncias por castigo corporal que registró SIPINNA Nacional y que hasta el mes de septiembre contabilizaba 10 mil casos.

Pensamos que la potencia y el valor que se halla en las periferias es posible visibilizarlo con el arte involucrando a sus habitantes como creadoras y creadores. Nuestra propuesta como Asociación Civil es ofrecer una variedad de actividades artísticas formativas y recreativas en colonias de la periferia de Xalapa para contribuir a la salud emocional de la niñez que por ubicación geográfica y características económicas tiene menor posibilidad de acceder a actividades gratuitas y artísticas generalmente ofertadas en el centro.